domingo, 31 de enero de 2010

ECUADOR EN EL ALBA


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El historiador Plutarco escribió sus Vidas paralelas para demostrar que hay coincidencias entre personajes históricos distintos. Otro Plutarco sería necesario para narrar las semejanzas entre los países de Nuestra América: historias paralelas que, contradiciendo la geometría, no hacen más que encontrarse.
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Ecuador, como Venezuela, fue liberado por tropas grancolombianas. Tras la liberación, Ecuador, como Venezuela, sufre el acoso de los nuevos conquistadores. Estados Unidos le impuso la base naval de Manta, que seguramente orientó la agresión de Colombia. En uso de su soberanía, Ecuador exigió y logró la desocupación de Manta. Estados Unidos cerca a Venezuela con nueve bases militares en Colombia y Curazao e instala dos más en Panamá. Contra base dentro de las fronteras, soberanía; contra base fronteriza, cohesión soberana.
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Padecen Ecuador y Venezuela el aplastante peso de sus deudas externas. Ambas se parecen como gotas de agua: contraídas sin cumplimiento de requisitos legales y constitucionales indispensables; dilapidadas en comisiones, estudios técnicos e intermediaciones; pactadas de forma ilegal entre prestamistas y prestatarios sin más finalidad que la de enriquecerse; concertadas con cláusulas inmorales que permitían al acreedor variar a capricho intereses y condiciones del contrato. Ambas presentan todas las características de la “deuda infame”, en virtud de las cuales Estados Unidos anuló la que Cuba tenía en 1899 con España. En 1984 formé parte de una Comisión de Estudio y Reforma Fiscal que determinó que cerca de la mitad de la deuda externa venezolana fue contraída irregularmente. Por falta absoluta de recursos para pagar, Ecuador quedó en mora en 1999 y debió dolarizar su moneda. En 2007 Correa creó una Comisión de Auditoría integral del Crédito Público, según la cual la deuda fue contraída en detrimento de los derechos nacionales debida a: “a. Usurpación de los asuntos internos del país que resultaron en afrentas contra la soberanía b. Entrega de la inmunidad soberana del país, de la inmunidad de jurisdicción y del derecho a la defensa y a la reclamación c. Violación de derechos fundamentales del pueblo y de las comunidades e irrespeto para los tratados de derechos humanos d. Cláusulas abusivas que violan los derechos de un país soberano e. Violación de las regulaciones del FMI, del Banco Mundial y del IDB, así como de las leyes de los países prestamistas y prestatarios f. Relaciones asimétricas entre las partes contratantes g. Usura e interés compuesto”. Ecuador aplicó la estrategia de recompra de los títulos en baja, que totalizaban $10.124 millones, el 19.8% del PIB, por sólo $7.015 millones: 13,7% del PIB, con una rebaja cercana a la tercera parte del monto originario. Para evitar que tribunales extranjeros decidieran sobre sus contratos de interés público, Ecuador se retiró del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversiones (CIADI). Venezuela secundó dicha decisión, sin llevarla a su culminación. Como resultado, funcionarios y jueces que de nacionales sólo tienen el sobrenombre continúan sometiendo nuestra soberanía a jueces, árbitros y sistemas normativos extranjeros. Esta actitud contra nuestro país por parte de funcionarios que deberían defenderlo le costó a Venezuela un bloqueo y bombardeo por tres imperios en 1902, y el año pasado el intento embargo de sus reservas internacionales por la Exxon. Al igual que Ecuador, en la revisión de la Deuda y en el retiro del infame CIADI debemos activar políticas patrióticas, inmediatas, contundentes.
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En Ecuador, como en Venezuela, la entrega de los partidos tradicionales al neoliberalismo abrió la vía a los movimientos sociales. En diez años, siete presidentes salieron repudiados por las masas. En Venezuela como en Ecuador los movimientos sociales abrieron cauces hacia el socialismo. Aquí lo llamamos Socialismo Bolivariano, en Ecuador, Revolución Ciudadana, o Sumak Kawsay, el buen vivir o vivir en plenitud. Ambos implican democracia, énfasis en el gasto social, progresiva socialización de los medios de producción. En Quito asisto a una reunión de movimientos sociales donde se discute largo, tendido y apasionadamente sobre la participación de las bases. Tras largo recorrido por los Andes llego a Ambato, donde Rafael Correa rinde cuentas del tercer año de la Revolución Ciudadana, en medio de gigantescas imágenes de Bolívar, Montalvo y Alfaro, ante una concentración colosal para la pequeña ciudad. Allí anuncia la reversión de 4.000 concesiones sobre recursos naturales dadas alegremente. Afirma que 80% del precio de cada barril de petróleo queda para Ecuador. Ratifica que no se suscribirá el acuerdo de Yasuni sobre abstención del uso de los recursos naturales, en el cual los europeos incluían cláusulas deprimentes y antisoberanas. Exigían extender el acuerdo sobre más del doble del territorio originariamente acordado, hacer y deshacer a voluntad. Los recursos de Ecuador son de Ecuador, así como los de Venezuela son de los venezolanos, de todos los venezolanos sin excepción, y no de grupos minoritarios del exterior o del interior.
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Pues Ecuador, como Venezuela, es país costeño, andino y amazónico. Venezuela, como Ecuador, conserva codiciables recursos en hidrocarburos, biodiversidad y agua dulce.
Ecuador, Venezuela y América Latina padecemos generosos salvadores europeos o estadounidenses que se apoderan de nuestros recursos dividiendo y enfrentando a los americanos. En nombre de esta redención murieron sesenta millones de seres y 190 millones de kilos de plata fueron extraídos de nuestro suelo para enriquecer Europa. En Ecuador, la minoritaria CONAIE exigió que Correa le entregara la potestad de decidir sobre las concesiones de recursos naturales en Ecuador, con “CONSENTIMIENTO PREVIO, LIBRE E INFORMADO, con derecho a veto y de carácter vinculante”. Correa se lo negó, la CONAIE fue a elecciones, y sacó un solo diputado. La decisión sobre los recursos naturales sigue perteneciendo en Ecuador a la mayoría democrática. En Venezuela también nos piden que entreguemos el control de los recursos naturales y del subsuelo a las minorías. Pues no. El 60% del agua dulce y el 80% de la biodiversidad del planeta, la selva que le produce el oxígeno y la mayor parte de los hidrocarburos, así como el derecho a explotarlos en forma soberana, nos pertenecen en forma indivisible, intransferible y democrática a latinoamericanos y caribeños, quienes lo hemos ganado conjuntamente con nuestra soberanía. De conquistadores y encomenderos líbreme Dios, que de los salvadores me libro yo. A la hora de defender nuestra unidad y soberanía y el derecho a disponer de nuestros recursos, más que paralelos somos idénticos Ecuador, Venezuela, América Latina y el Caribe.



Bibliografía del autor: http://luis-britto.blogspot.com
(Foto: Luis Britto)