viernes, 10 de agosto de 2012

PROPAGANDA POLÍTICA SUBLIMINAL EN VENEZUELA

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La propaganda golpea por encima y por debajo del nivel de la conciencia. En mis libros La máscara del poder y La lengua de la demagogia señalé algunas de estas prácticas en la política nacional. Los emblemas de los partidos tradicionales tienen escondidos símbolos sexuales. La foto “oficial” de Rómulo Betancourt mimetizaba la expresión y la ceja alzada de la más difundida imagen de Bolívar, la del billete de diez de ese entonces. La propaganda de Jaime Lusinchi exhibía un consentidor SÍ con trazos parecidos a los de un lápiz de labios, subrayado con un fálico trazo rojo que apuntaba directamente al redondeado y femenino escudo partidista. En su programa de gobierno, el candidato aparecía acodado sobre una especie de duna, que examinada en detalle resultaba ser en realidad el vientre de una mujer. Ernesto Villegas ha denunciado que durante el cierre patronal entre 2002 y 2003, las televisoras insertaban en las películas infantiles fotogramas con propaganda subliminal.

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Las técnicas subliminales se utilizan con mayor intensidad para disimular las carencias reales de ciertos candidatos.

Estudiemos su aplicación en Henrique Capriles Randonsky, un hueso duro para equipos de publicistas y propagandistas. En primer lugar, en casi todas sus imágenes aparece la sombra de las 5, que hizo la desesperación de los encargados de las campañas de Richard Nixon: esa mandíbula azul que sugiere que el fotografiado no usa hojillas de buena calidad. Es en verdad difícil promocionar un candidato mal afeitado, de ojos saltones y expresión invariablemente hosca, como la que consta en las imágenes 1, 2 y 3.



La gestualidad no suaviza este mensaje del rostro: con frecuencia el candidato amenaza con el puño (imagen 4) o apunta con el dedo al espectador, en actitud acusatoria (imagen 5), y en algunas fotos, como en la que publicada en un diario de circulación nacional el 5 de agosto de 2012, y que no reproducimos por no infringir derechos de copia, lo hace amenazando con ambos índices como sendas pistolas.


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En las rarísimas imágenes donde el político trata de sonreír, apenas articula una mueca forzada en la que las comisuras de los labios se elevan, pero el resto del rostro y particularmente los ojos permanecen serios e incluso trágicos, como se revela en la imagen 6.
Ello se advierte todavía mejor en la imagen 7, que aísla la lúgubre expresión contrastante de los ojos con el ceño fruncido. Como me dijo una amiga, es un gesto que compendia desesperanza e ira.

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¿Cómo convencer al elector de votar por un candidato hostil y amenazador? Si no puedes mejorar al candidato, modifica su imagen. Más fácil que corregir a una persona es disfrazarla con los recursos del fotoshop, el fotomontaje y la propaganda que opera por debajo del nivel de la conciencia. Un ejemplo de tal tentativa es el afiche más difundido en la campaña opositora, en el cual ya no hay la más remota semejanza entre el candidato y la nueva imagen subliminal, y que bajamos de Internet para mostrarlo como imagen 8.

Observemos primero el fondo. Una franja amarillenta, otra azul y otra roja replican los colores de la bandera a la cual se ha sobreimpuesto el slogan Hay un camino. Una nube fabricada parece dotar de aureola la cabeza. Hacia el lado derecho del espectador, se discierne una especie de muralla militar con almenas como las de un castillo medieval, y hacia el izquierdo algo como una torre eléctrica o de telecomunicaciones. El espectador avisado puede interpretar las fortalezas en las cuales pretende fundar su victoria el candidato. Este fondo varía en otras versiones del afiche, lo cual demuestra que en el mismo no hay un solo rasgo natural.
En el nivel más bajo, el rojo, se vislumbra una borrosa multitud en la cual no aparece ninguna figura femenina. Abundan, por el contrario, retorcidas formas en S, tachones en E y entrecruzados brazos y rasgos en X que no se sabe qué función cumplen en una supuesta fotografía de una concentración popular.

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Concentrémonos ahora en el candidato, el único rostro reconocible en una multitud a la que se representa como anónima y borrosa.

En primer lugar han desaparecido los ojos saltones mediante un recurso obvio: disimularlos con la sombra que arroja una luz vertical.

En segundo lugar, la frente y el entrecejo, que en todas las demás fotografías lucen surcadas de hoscas arrugas, han sido alisadas por una plancha milagrosa que incluso siembra oportunos reflejos.

En tercer lugar, el candidato por fin parece sonreír. Decimos parece porque para ello ha sido necesario un retoque rosado que abulta las mejillas e incluso le incorpora un inexistente hoyuelo, efectos que no se disciernen en ninguna otra de las fotografías del político, que lo presentan con las mejillas chupadas.
En cuarto lugar, la posición de brazos y manos sugiere un avance, el cual a su vez insinúa que por fin el candidato se pone en camino. Pero conviene poner atención al camino que señalan. La mano izquierda, y sobre todo el dedo medio de ésta, apuntan inequívocamente hacia la bragueta del candidato. La mano derecha, y sobre todo su dedo medio, apuntan también indudablemente hacia la bragueta del candidato, como se advierte en la imagen 9.
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¿Por qué apunta ambas manos hacia su bragueta un candidato al cual en cuarenta años se le atribuye un solo romance, cuya prueba única es la intensiva campaña mediática de Luis Chataing? ¿Qué hay en esa ingle que amerite el doble señalamiento? En principio, algo como una gran paloma negra abre sus alas en intento fallido de escapar, que se advierte mejor en la imagen 10.
En el extraño afiche del candidato opositor, todos los Caminos llevan a su bragueta. Hacia allí también apunta una oportuna arruga en la camisa que parte de su axila derecha, acercándose al rosario de botones blancos que asimismo culmina en la ingle, y que en las proximidades de ésta intersecta como una nariz un par de abultamientos de la camisa, parecidos a ojos entrecerrados de una máscara azul. En el borde inferior de la camisola aparece un pixelado que traza nítidamente una nariz y una fosa nasal muy dilatada.
La misma zona aloja todavía otro mensaje oculto. La ceja, la nariz y la fosa nasal de la máscara aspirante del aspirante trazan una S, el abultado ojo se asemeja a una e minúscula, y a la derecha, oh milagros del fotoshop, brota una X hacia la cual también señala la mano izquierda del candidato.
¿Es suficiente contenido subliminal para un solo afiche? No. Si observamos la comisura izquierda de la camisa del aspirante, veremos que de la zona que se sobrepone a la bragueta surge un erecto vástago debidamente azul.

Tan inquietante es el mensaje subliminal que se erige en la zona erógena, que en la última versión del afiche se la oculta con el guayuco de la pequeña bandera tricolor que insiste: Hay un camino. Gracias, ya sabemos cuál.




domingo, 5 de agosto de 2012

LUIS BRITTO GARCÍA; UN TRIUNFO DE HUGO CHÁVEZ FORTALECERÍA LOS PROYECTOS DE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA



Por Mariátegui
martes, 31 de Julio de 2012 15:52


 El intelectual venezolano Luis Britto García participó como invitado en la 17ava Feria Internacional del Libro de Lima.


Mariátegui. La revista de las ideas aprovechó los espacios entre sus conferencias y conversó con él sobre literatura, cultura, medios de comunicación, la oposición venezolana y el significado del triunfo de Hugo Chávez en las próximas elecciones presidenciales.
- A lo largo de la historia la literatura siempre ha cumplido un papel importante a favor de la identidad de los pueblos, de las comunidades, de los países…
- La literatura es muy importante en la historia de los países, de los Estados porque los libros en alguna forma constituyen naciones al cristalizar y definir el conjunto de valores que animan un grupo humano. Piensa tú por ejemplo la importancia que tienen la Iliada y la Odisea en la constitución de Grecia, el Príncipe Machiavelo y La Divina Comedia en Italia, El Quijote y El Buscón en España. Y nuestras grandes epopeyas americanas, por ejemplo Doña Bárbara en Venezuela, Martin Fierro en Argentina, La Vorágine en Colombia, El Mundo es Ancho y Ajeno es quizá en Perú, Huasipungo de Jorge Icaza en Ecuador son obras en las cuales la nación se siente reflejada e identificada quizá con algunos elementos objetables o criticables pero de alguna forma crean un sentimiento de comunidad de valores en los pueblos.

- En el caso del arte y la cultura ¿Cómo sirven estas de herramienta de combate por la independencia, para acompañar procesos de liberación en los pueblos de América Latina?
- Hay un aspecto dual, la cultura y el arte son utilizados por el poder como instrumentos de alienación, se crea una cultura de la resignación, de la opresión, una cultura que muestra a los países o a las clases dominantes como las únicas poseedoras de la excelencia.
Pero también puede surgir allí entonces una contracultura de liberación, de combate, una contracultura de desalienación y de descolonización, entonces esa es una batalla Martí hablaba de la batalla de las ideas y también de la trincheras de ideas pues es un combate constante que se libra en cada momento en la mente de las personas y cuyo destino decide l el rumbo de las naciones y de los grandes cuerpos políticos.



- El poder hegemónico ha reemplazado muchas veces a los tanques o las balas por los medios de comunicación, tanto audiovisuales como escritos y últimamente se han visto casos que llaman la atención, por ejemplo la invasión a Libia, el mismo caso de Venezuela, hoy está el tema en Siria. ¿Cómo analiza este tema?
- He dedicado parte de mi obra al análisis de las falsedades de los medios de comunicación, tengo un libro que tiene como diez ediciones y se llama; Dictadura Mediática en Venezuela, investigación de los medios por encima de toda sospecha.
Los medios de comunicación que usualmente son manejados por la clase dominante, difunden una concepción del mundo que es la que le interesa a la clase dominante, es la versión de la realidad de ella, de los valores de la clase dominante.
Es interesante, como un ejemplo de eso como en Venezuela, que es un pueblo preponderantemente mestizo, todos los anclas (conductores) en televisión eran gente enteramente caucásica, a veces con el pelo teñido de rubio y los ojos azules, gracias a los lentes de contacto.
Y sólo en la última década con el proceso bolivariano empezaron a aparecer presentadores y animadores de televisión con el tipo étnico normal del venezolano, primero en los medios de servicio público y finalmente los medios privados adoptaron eso, yo recuerdo también un programa que era peruano por cierto, se llamaba Nubeluz.

Aparecían una serie de niñitos de apariencia mestiza pero las conductoras eran unas damitas muy altas, sumamente rubias, oji azules, entonces eso transmitía la idea de que el pueblo mestizo siempre tenía que ser disciplinado, ordenado, conducido por representantes étnicamente parecidos a los de las naciones europeas.

Entonces, esos mensajes que son a veces muy difíciles de captar a nivel consciente, deciden el poder de dominación, incitan la obediencia.


- El proceso electoral venezolano está marcado por una oposición muy fuerte, financiada por Washington pero que también tiene como aliados a las oligarquías de algunos países de América Latina. Está el caso de la última visita de Álvaro Uribe al sur de Venezuela para conversar con la oposición ¿Cómo ve este tema estando cerca las elecciones del 7 de octubre?

- La situación hasta ahora es que hay una ventaja de más o menos unos 20 puntos de Hugo Chávez Frías sobre el candidato de la oposición y esto es certificado por una docena de encuestadoras, claro hay pequeñas diferencias sobre decimales pero la ventaja anda por ahí.
La oposición desesperada intenta recurrir a todo los medios posibles a todas las fuentes de financiamiento que tienen que ver con la embajada de EEUU, que financió la campaña electoral de Violeta Chamorro en las elecciones presidenciales de Nicaragua. En Wikileaks han aparecido escenas muy conmovedoras de los opositores venezolanos yendo a solicitarle dinero a la embajada de EE.UU. y eso consta en las comunicaciones de la Embajada que salieron a través de Wikileaks.

Entonces, no es raro cualquier recurso, incluso ir hasta Uribe que por otro lado es un personaje un poco desesperado. Porque ahora en su pelea con Santos ha terminado -según decía José Vicente Rangel- convertido en una especie de alma en pena, que va de un lado a otro buscando alianzas y diciendo cosas, pero sin ejercer un poder efectivo, ni tener creo yo la menor oportunidad de recuperarlo.



- ¿Qué significaría el triunfo de Hugo Chávez y del PSUV el 7 de octubre en un contexto latinoamericano donde hay un golpe de estado en Paraguay y un cierto reacomodo de la derecha continental?
- La prolongación de los procesos de integración de América Latina y el Caribe. Por un lado, ya ese golpe en Paraguay significó el fortalecimiento del MERCOSUR porque el principal enemigo del ingreso pleno de Venezuela que está abajo es como miembro observador desde principios de este siglo, era la oposición del senado paraguayo. Al quedar Paraguay fuera del MERCOSUR esa oposición no tiene efecto, Venezuela ingresó con los enormes potenciales energéticos y productivos, miembro activo pleno del MERCOSUR.
Entonces, la reelección de Chávez prolongaría y fortalecería esa alianza, fortalecería la otra alianza de los países del ALBA y evidentemente fortalecería y llevaría a su culminación gran parte de los proyectos de integración latinoamericana en los cuales Venezuela ha tenido una muy importante figuración.
Uno puede pensar entonces que todos los procesos de integración se fortalecerían y avanzarían hacia su plenitud.


http://mariategui.blogspot.com.ar/2012/07/video-luis-britto-garcia-un-triunfo-de.html







EL VERDADERO ROSTRO DEL LIBERTADOR



Bolívar 1800. Anónimo
1
¿Qué hay en un rostro? En vano frenólogos y fisonomistas intentan adivinar la personalidad a través de los rasgos físicos o viceversa. A pesar de toda la pretensión cientificista de Lavater y de Lombroso, la exterioridad no revela la interioridad. Hay sin embargo caras que arrebatan. Basta el amor para que una faz nos deje suspendidos. Quizá unos rasgos nos encantan porque nos recuerdan otros. Posiblemente reelaboramos las facciones que vemos para ajustarlas a algún arquetipo desconocido que nos apasiona.


2
Antes de la invención de la fotografía, todos los retratos tenían un valor agregado imaginario. Basta seguir a través de los siglos las modificaciones del rostro de un mismo personaje acuñado en las monedas para comprender que este imaginario pasaba de la modificación a la falsificación. A falta de datos la iconografía inventó un Jesucristo rubio y un Cristóbal Colón de mil caras. También tenemos imágenes de Bolívar que lo representan gigante, y el bajorrelieve de Barre que lo plasma en las monedas como emperador romano, y copias de copias de Tovar y Tovar y Arturo Michelena y Tito Salas sin más valor que el chisme iconográfico.

Bolívar 1816. Anónimo.

3
Decía Arturo Uslar Pietri que no hay dos retratos de Bolívar que se parezcan entre sí. Sin embargo, desde las miniaturas anónimas de 1800 y 1804 aparecen rasgos constantes: cara alargada, pelo rizado, cejas pobladas y arqueadas, ojos grandes y penetrantes, nariz larga y perfilada, mandíbula fina y barbilla puntiaguda. A partir de los retratos anónimos de 1812 y 1814, y particularmente del trazado en Haití en 1816, los rizos dejan al descubierto una frente alta y despejada, surcada más tarde de arrugas. Todos estos rasgos aparecen confirmados en los retratos de 1819 de Lener, de N. Bates y de Pedro José Figueroa, quien lo representa con feroces mostachos. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad era lo que Ernest Kretchsmer llamaría un leptosomático, pequeño, delgado, frágil, con claro predominio de la parte superior del cráneo braquicéfalo sobre el resto de las facciones. Así lo representan los retratos tomados del natural desde 1825 de José Gil de Castro y de Antonio Salas, y todavía más los patéticos apuntes de 1830 de Francois Desiree Rouland, de Meucci y de José María Espinoza, que muestran un Libertador castigado por las contrariedades y la enfermedad, más marcada que nunca la prominencia de su labio inferior.
Bolívar. José Gil de Castro, 1825
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Además de ellos tenemos ahora un Bolívar digital reconstruido a partir de los restos mortales del prócer. La antropología forense reconstituye con bastante certidumbre los rasgos a partir de la estructura ósea. Las apófisis e hipófisis del esqueleto informan sobre el volumen de los músculos que en ellos se insertaban, y a partir de éstos conjeturamos la apariencia física de los desaparecidos. Con esa técnica vislumbramos los rostros de los antepasados primitivos del hombre o de cadáveres por identificar.

Bolívar. Anónimo, realizado a partir del apunte ejecutado por Jean Francois Roulin en 1830.
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Algo falta sin embargo en estas reconstrucciones: el gesto, que quizá revela la personalidad más que las facciones. A pesar de que Wilhelm Reich sostiene que un gesto repetido termina por estamparse, hacer rígida la musculatura y estereotipar una “armadura del carácter” que deja su impronta en el esqueleto, no hay forma de reconstituir la expresión habitual de una calavera. Tampoco, su pilosidad y mucho menos su peinado. Napoleón es irreconocible sin su mechón y Chaplin sin su bigotito de mosca. Algo puede faltar en las reconstrucciones antropométricas: como las efigies de cera, mientras más parecidas más inanimadas.

Bolívar 1830. Apunte de José María Espinoza.
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En vano se afanan pinceles y cámaras y antropólogos en reconstruir efigies. Nuestro rostro es nuestra obra. No hay más retrato de Homero que las olas, ni más rostro de Bolívar que la inagotable América. Sólo quien navega contempla al primero, y quien libera vislumbra el segundo. Imágenes confundidas con cosas o actos perennes, capaces de medirse con el Padre de los Tiempos, para quien nada significan esos instantes que llamamos siglos.



Bolívar. Reconstrucción digital antropométrica, 2012


Libros de Luis Britto en Internet:

Rajatabla: www.monteavila.gob.ve

Dictadura mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve

http://www.facebook.com/Luis.Britto.Garcia